Boletín El Mítico Benfica | #1 | !Qué bonito que es!

En 1991 tenía 10 años. Estaba acostado en la habitación de mis padres, con el radio naranja, escuchando lo que pasaba en esa tarde de abril, cuando el Benfica visitó el Estádio das Antas para jugar frente al FC Porto. Los 2 goles de César Brito... todavía los oigo en mi cabeza. Personalmente, el sonido me impacta mucho más que las imágenes: siento que estimula mucho más la imaginación y concentración.

Lo mismo pasó cuando, unos meses antes, el angoleño Vata marcó el gol con o pé que tinha mais à mão. La explosión de alegría de los 120 mil aficionados que llenaban las gradas del Estádio da Luz (que nunca debería haber sido derribado) la escuché... en la radio. Con ese partido llegaríamos a la final de la Copa de Europa - hoy Champions.

Cá está o lance do golo completo e em condições satisfatórias.

La tarde de João Pinto en el Estádio de Alvalade, en 1994, fue otro momento impactante. Frente al Sporting (que tenía un equipazo), el niño de oro protagoniza el partido de mi generación. Un partido que define lo que es ser Benfica, tras meses locos que habían empezado en lo que se llamó de Verão Quente de 1993. A pesar de las dificultades, el Benfica, volando sobre las alas del genio con el número 8, derrotó su histórico rival en su casa. Es en los momentos de mayor dificultad que el gran Benfica sobresale.

Pero más que los momentos deportivos, y a pesar de algunos momentos de oscuridad que vivimos, el Benfica vive en Lisboa, pero también en Porto, en Guarda, Évora... y en São Paulo, París, Buenos Aires o Timor. El club de Lisboa es un club del mundo. Hecho de personas y para las personas: de nuestra familia, nuestros amigos, pero también del camarero que, cuando descubre que eres benfiquista, te facilita la vida. De la persona que va al mismo café que tu y que se convierte el tu amigo porque te escucha cuando hablas de Poborsky o de Nuno Gomes. De la persona que está a tu lado en el tren, y que tu no conoces, pero que está pensando en lo mismo que tu: en el partido de ayer.

El Benfica es el club que, por culpa de la pandemia, no puede tener gente en el estadio, pelo tiene a 40 mil personas votando para elegir la nueva dirección. El Benfica es el club que funciona unido pero es diverso. Ser del Benfica nos es ser contra nadie. Es desear ser mejor a cada día. En el campo, en la grada, pero también en casa o en el trabajo.

Y qué bonito es eso. ¡Qué bonito es ser del Benfica!