El Mítico Benfica | #24 | Artur “Dual” Jorge

Boletín en español dedicado al Sport Lisboa e Benfica.

Foto: SL Benfica

Difícilmente se encontrará en la historia del Benfica a una figura que haya generado sentimientos tan contradictorios. En la semana en que Artur Jorge nos ha dejado, le rendimos homenaje y hacemos un pequeño recorrido sobre la trayectoria de una de las grandes personalidades de la historia del fútbol portugués. Fue un delantero centro de gran calidad y uno de los mejores entrenadores del mundo durante los años 80 y la primera mitad de los 90.

Tenía un perfil muy peculiar que destacaba precisamente por su diferencia: era muy culto, licenciado en idiomas, lo que le ayudó a abrir puertas en su carrera de entrenador. Era un ciudadano atento, con conciencia cívica y política: fue uno de los responsables de la creación del Sindicato de Jugadores, que ha ayudado a miles de futbolistas a lo largo de las décadas.

Discípulo de José Maria Pedroto, fue uno de los artífices del dominio del FC Porto en las últimas décadas, alcanzando la gloria en 1987 al ganar la Copa de Europa frente al favorito Bayern, con la ayuda del tacón de Madjer y la irreverencia de un tal Paulo Futre (que años más tarde jugaría en nuestro club). Nuestro amigo Miguel Lourenço Pereira explica muy bien su legado en De Calcanhar.

Foto: Wikipedia

Pero, ¿y el Benfica? Como jugador, pasó 6 temporadas en nuestro club, entre 1969 y 1975. Jugó 130 partidos y marcó 103 goles, ganando 2 Copas de Portugal y 4 campeonatos nacionales. Formó parte de los "Invencibles". El Benfica terminó la temporada 1972/73 invicto en la liga. En 30 partidos, 28 victorias y sólo 2 empates marcaron la que sigue siendo la mejor marca de la historia. También en goles, un registro impresionante: 101 marcados y sólo 13 encajados. Acabaron con 18 puntos de ventaja sobre el 2º clasificado, el Belenenses.

Aquel equipo no tenía el estilo europeo de los años sesenta, pero era absolutamente temible. Entrenado por el inglés Jimmy Hagan, contaba con Zé Henriques (portero), Humberto Coelho, Simões, Shéu, Eusébio, Simões, Toni, entre muchos otros. La competencia de Artur Jorge incluía a Eusébio, Nené, Vítor Batista y Jordão – ¡una barbaridad! Aun así, fue dos veces máximo goleador del campeonato nacional.

Foto: PSG

Si como jugador fue una estrella con la camiseta roja, como entrenador fue un fracaso. Artur Jorge llegó al Benfica en 1994 para sustituir a Toni (su antiguo compañero en el Académica y en el Benfica). La decisión del presidente Manuel Damásio se considera, a día de hoy, una de las peores de la historia del club: el equipo era campeón nacional y Toni era un entrenador fantástico, pero quisimos cambiar lo que estaba bien. Artur Jorge llegó al Benfica con un currículum fantástico: además de lo que había ganado en el FC Porto, venía del PSG campeón de Lama, Ginola, Valdo y Ricardo Gomes. Damásio cree que el Benfica necesita dar un paso adelante para ser más competitivo tanto en el ámbito nacional como en el europeo. El Benfica no sólo no subió un peldaño, sino que se cayó por las escaleras. Solamente volvería a levantarse años después.

Se creía que para construir algo nuevo había que destruir lo viejo. Así, se fueron jugadores que eran referencia: Paneira, Mozer, Isaías, entre otros. Entraron Caniggia, Nelo, Tavares, Paulo Bento y Dimas. Durante dos temporadas el equipo no funcionó y los resultados no llegaron, por lo que Artur Jorge se marchó sin gloria. Con Artur empezó "Vietnam", la época más oscura de la historia del club, pero el entrenador no fue el único responsable. Manuel Damásio, uno de los peores presidentes de la historia del Benfica, cometió muchos más errores de los que acertó durante su mandato, y la llegada de Artur Jorge, aunque bienintencionada, representó el final de una época gloriosa a la que era muy difícil volver: destruir es mucho más fácil que construir.

Es importante señalar que los problemas de salud de Artur Jorge no le ayudaron en esta etapa. Y su carrera como entrenador perdería brillo. Entrenó a las selecciones nacionales de Suiza, Portugal y Camerún, y tuvo un paso por el Tenerife, él que, años antes, había estado a punto de fichar por el Real Madrid.

En estos momentos, sería mucho más fácil borrar lo malo y destacar sólo lo bueno, pero la historia no funciona así. Artur también fue uno de los nuestros, en los buenos y en los malos momentos, y por eso merece respeto. Cuando vemos a hombres con nuestro símbolo en el pecho, pensamos que son dioses, pero son hombres como nosotros. Y fue un hombre, con talento y defectos como todos nosotros, quien nos dejó hace unos días.