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El Mítico Benfica | #3 | Más respeto por Italia 90
Boletín en español dedicado al Sport Lisboa e Benfica. Y a otros asuntos importantes. O no.
MUNDIAL: MÁS RESPETO POR ITALIA 90
La época más esperada del año: el Mundial. Representar a su selección en un Mundial de Fútbol debe ser de lo mejor que hay. Probablemente solo equiparable a participar en unos Juegos Olímpicos. ¿Mi primer mundial? Italia 90. Sí, ya sé, no ha sido el más bonito, pero tenía cosas buenas. Empecemos por algunos detalles: la camiseta de Alemania, de las más bellas de siempre. Probablemente de las primeras que la gente vestía en la calle como si fuera una camiseta normal. ¿Os acordáis de uma camiseta de Alemania fea? Yo tampoco; la transmisiones de RAI: los gráficos de Olivetti (¿marca de ordenadores?) eran sencillos y eficaces al mismo tiempo; si el fútbol es una buena forma de aprender geografía (gracias a este deporte descubrí la diferencia entre Bucarest y Budapest), también era una buena forma de aprender idiomas, en este caso el italiano: ¿entrenador? Allenatore ¿Rojo? Rosso; ¿Y el juego para Sega? los jugadores parecían enanos, haciendo que FIFA 23 pareciera ciencia ficción; fue también el Mundial de estadios amplios y con poca gente en las gradas.
Italia 90 fue la forma que tuvo el fútbol de decir que la década de los 80, que tuvo algunos momentos espectaculares en el 82 y el 86, había terminado. El talento innato de Sócrates y Platini ya no circulaba por los estadios del mundo, y la transición a los años 90 - más tácticos y menos espectaculares- fue dolorosa, aunque con algunos momentos fantásticos: ver surgir al desconocido camerunés Roger Milla, a los 38 años, es una de las historias más bellas del campeonato. Milla poseía un ingenio y un gusto por el deporte que se materializó en un baile de celebración que cautivó a los aficionados.
Maradona era un rey cansado que seguía llevando a Argentina sobre sus hombros, ayudado por jugadores de calidad. Fue interesante ver la aparición de Claudio Caniggia, que jugaría en el Benfica años después: marcaría goles importantes, concretamente contra Brasil e Italia, decisivos para llegar a la final frente a Alemania. El hijo del viento era el tipo de jugador que representaba la transgresión: el jugador que nos gustaba ver en nuestro equipo pero que nunca saldría con una de nuestras hijas.
Podría hablar de otros jugadores que marcaron el torneo: Gascoine, Matthaus, Brehme, Schillaci, Baresi o Baggio. Grandes jugadores que tuvieron la mala suerte de jugar un Mundial con muchos partidos aburridos y fútbol mal jugado. Pero esta baja calidad del espectáculo fue más un resultado de las circunstancias (creo) que un acto deliberado. Por muy malo que fuera el juego final - llamarle aburrido es ser amable -, al menos tenía el corazón en su sitio. Por muy malo que fuera Italia 90, y lo fue, no lo fue tanto como el Mundial que comienza el 20 de noviembre de 2022. El Mundial de 1990 no se jugó en un país que no respeta los derechos humanos. En el Mundial de 1990 no murieron 6500 personas para construir sus estadios. La Copa del Mundo de 1990 no se adjudicó mediante un proceso sospechoso. Por muy mala que fuera Italia 90, que lo era, tenía el corazón en su sitio. ¿Qué hacer con un Mundial de 2022 que no respeta la esencia del juego y se deja corromper? ¿Cuál es el papel de los aficionados?
EPISODIO 21 DEL PODCAST
Mientras tanto, escucha el más reciente episodio de nuestro podcast dedicado a la actualidad de nuestro club. ¡Carrega, Benfica!
Hablamos sobre: 1. Partidos con el Estoril (Copa) y Gil Vicente (Liga);2. El Benfica y el Mundial;3. Más allá del fútbol. No te olvides de suscribir nuestro ...