El Mítico Benfica | #5 | Bela, el Revolucionario - I

Boletín en español dedicado al Sport Lisboa e Benfica.

1.º de tres boletines dedicados a Béla Guttmann. Su vida y la influencia de Guttmann en el fútbol.

BELA, EL REVOLUCIONARIO - I

Si es verdad que el brasileño Otto Gloria fue quien ayudó a profesionalizar el club, Béla Guttmann, con su visión y modernidad, fue el responsable por elevar el Benfica al lugar destinado a los grandes. El único hombre que tiene, además de Eusébio, una estatua suya en el Estádio da Luz, era un entrenador de temperamento fuerte y lleno de carisma. Tenía una capacidad superior para "leer" el fútbol en todas sus variantes. Ha sido un jugador con algún talento, pero fue como entrenador que ganó su lugar en la historia. Bela revolucionó la forma de ver el fútbol en los sitios por donde ha pasado: además de en Hungría, entrenó en Austria, Países Bajos, Rumanía, Italia, Chipre, Argentina, Brasil, Uruguay, Suiza, Grecia y Portugal, claro. Hay que destacar su influencia en el fútbol brasileño: en 1957 aceptó la invitación para entrenar al São Paulo Futebol Clube, donde se coronó campeón de São Paulo. El estilo táctico de Guttmann, con su innovadora y ultraofensiva formación 4-2-4, tuvo una gran influencia en la forma de entrenar a Brasil de Vicente Feola, su ayudante en el São Paulo, que levantó su primer título mundial en Suecia en el 58.

Bela, también conocido como el “mago”, es uno de los representantes de una nación que era, en aquel momento, una potencia del fútbol mundial; Hungría. Y que encontró en el Benfica la expresión máxima de su genialidad.

Béla Guttmann nació en Budapest (Hungría) el 27 de enero de 1899, procedente de una familia extremadamente humilde, como la mayoría de las familias de Europa del Este de la época. Hijo de judíos, fue educado por sus padres en la pasión por la danza. Sin embargo, en su adolescencia conoció el fútbol y nada sería igual.

Pero antes de hablar del Bela hombre del fútbol, hablemos solamente del hombre, especialmente de 2 momentos que marcarían su vida y que dejarían huellas en su personalidad. En 1926, Guttmann se va a Estados Unidos, país que no tenía gran expresión en el mundo del fútbol. Se dedicó más a la enseñanza de la danza, con la que se enriqueció rápidamente, mientras jugaba en los Giants de Nueva York, para no perder el contacto con el deporte.

Como se explica en un reportaje de João Pedro Silveira en la página ZeroZero:

En Nueva York descubrió el capitalismo en su forma más gloriosa y atractiva, y pronto se encontró en Wall Street invirtiendo el dinero que ganaba. Con un dedo para los negocios, aprendió rápidamente a invertir en el momento y lugar adecuados, haciéndose rico y ganando una legión de amigos que le acompañaban a todas partes.

Todo iba bien hasta un famoso jueves de octubre de 1929, que pasó a la historia como el "jueves negro", el día en que los mercados de valores y capitales de la Bolsa de Nueva York se hundieron, llevando a la ruina a millones de personas en Estados Unidos. Ese día, Guttmann perdió 55.000 dólares, una fortuna en aquella época. Pobre y sin dinero, fue abandonado por todos. La pobreza y la humillación dejarían fuertes marcas en la personalidad de Guttmann, que a partir de ese periodo consideraría su seguridad financiera como la primera de todas las prioridades.

Béla Guttmann era judío y fue uno de los millones de europeos que tuvo problemas durante da Segunda Guerra Mundial.

Fue en la calle Árpad, en Újpest, donde el entrenador húngaro se escondió de los nazis en el ático de su cuñado, escapando de las ejecuciones y deportaciones al final de la Segunda Guerra Mundial: se refugió en una pequeña habitación, que siempre pasó desapercibida a las frecuentes visitas de la Gestapo. Se pensó durante años que Guttmann había estado exiliado en Suiza, pero su biógrafo, el inglés David Bolchover que escribió el libro De superviviente del Holocausto a gloria del Benfica, descubrió lo que ha pasado con el húngaro en esos años sombríos:

De hecho, no estaba a salvo, sino que se escondía en Újpest. Luego se entregó y fue a un campo de trabajos forzados cerca de Budapest, arriesgándose a ser deportado a Auschwitz. Sin embargo, escapó saltando por la ventana de un primer piso con otras cinco personas. Entre ellos estaba Erno Erbstein, otro gran entrenador de fútbol. Lamentablemente, su padre y su hermana fueron asesinados por los nazis, al igual que muchos de sus familiares y amigos.

Bolchover añade:

Cuando los nazis entraron en Austria el 12 de marzo de 1938, Guttmann fue astuto y ya había abandonado Viena y regresado a Estados Unidos [donde había jugado en los años 20], marchándose en barco. Pasó unos meses en Nueva York, antes de la Segunda Guerra Mundial, intentando formar un nuevo club de jugadores europeos, pero no consiguió ninguna inversión. Así, decidió volver a Hungría cuando recibió una invitación para entrenar al Újpest, poniéndose en gran peligro.

En el club húngaro ganó el campeonato húngaro y la Copa Mitropa (uno de los precursores de las competiciones europeas como la Copa Latina, que el Benfica ganaría en 1950).

Su amor por el fútbol pondría a su vida en peligro. Quién iba a pensar que este hombre, que estuvo a punto de morir, se convertiría en campeón de Europa 15 años después... Bela era un superviviente.