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El Mítico Benfica | #27 | Del subcampeón no se acuerda nadie* (Segunda parte)
Boletín en español dedicado al Sport Lisboa e Benfica.
Foto: Wikimedia Commons
Segunda parte de una reflexión sobre la temporada 2023/2024 del equipo masculino de fútbol del Sport Lisboa e Benfica. La primera está disponible aquí y es sobre la cultura del club. La segunda será más sobre fútbol.
La relación de la afición benfiquista con Roger Schmidt es un buen ejemplo de la forma apasionada como vivimos el club. El año pasado, Roger era un dios. Esta temporada, era el hijo perdido del Diablo. Que quede muy claro: Roger no es el único culpable por la situación y por la temporada que hemos vivido. Quizá también sea víctima de su propio éxito: la verdad, es que hubo momentos de grandísima calidad en la primera mitad de la temporada pasada que te han elevado las expectativas. Probablemente demasiado. Como las segundas temporadas de Schmidt solían ser mejores que las primeras, pensábamos que ganaríamos las próximas Ligas con facilidad y ganar una competición europea era algo que podría ser una realidad. La pretemporada no fue brillante, pera la victoria en la Supercopa transmitía la imagen de un Benfica que podría ser exitoso. Cómo estábamos equivocados. Vamos a ver los principales problemas de la temporada.
Los fichajes. Si en la temporada anterior hemos hecho un buen mercado (menos Draxler), este año fue un desastre. Salió Grimaldo y Jurasek (muy caro) demostró que no tenía calidad para ser jugador del Benfica; la opción Bernat tenía sentido, por su calidad y estilo de juego, pero las lesiones no ayudaron; Carreras llegó, y espero que se mantenga, pero tardó en ser una opción de Roger; por la banda derecha de la defensa, Bah era el único lateral disponible - no hemos fichado a nadie porque Aursnes, que, en mi opinión, es mejor en la medular, acabó por jugar muchos (demasiados) partidos en esa posición. La falta de un 6 que sustituyera a Florentino (qué tampoco fue opción durante meses), es algo que nos perjudicó mucho. Por fin, todavía no tenemos un sustituto de Gonçalo Ramos: Cabral y especialmente Tengsted han aportado poco al equipo.
La gestión de Schmidt. Insistir en jugadores que no están rendiendo es algo que no se entiende. Rafa (a pesar de sus 17 goles) y João Mário (a pesar de su calidad) han jugado demasiados partidos teniendo en cuenta el rendimiento. Di María, que sigue siendo un crack, no puede jugar tantos minutos con su edad. Cabral no puede estar creciendo y, de repente, volver al banquillo sin que nadie, especialmente el brasileño, entienda por qué. Hay equilibrios que se tienen que mantener en el vestuario - pero si tu equipo juega poco, hay que producir cambios en el equipo. Hay alguien que no se quedará contento. Pero nada ni nadie es más importante que el Benfica.
La forma de jugar. Es comprensible que Schmidt sea fiel a su 4-4-2, a su idea de juego. Y, creo, es uno de esos entrenadores que no abdica de su forma de jugar por nada. Cree que son los equipos contrarios los que tienen que adaptarse a nosotros y no al revés. Además, me da la sensación que, para Roger, cambiar esa forma de jugar es una señal de debilidad y que eso no genera confianza en el quipo. El problema es que los entrenadores portugueses, en general, son buenos, y fácilmente se han adaptado a la forma de jugar del Benfica. Y el Benfica, a pesar de tener mejor plantilla que el año pasado (en calidad y cantidad) ha jugado peor y ganado menos títulos. Desde punto de vista colectivo estamos peores - y esa es una responsabilidad de Schmidt.
Los jugadores no son todos iguales. Kokçu nunca será Enzo. Cabral nunca será Gonçalo Ramos. Morato nunca será Grimaldo. Schmidt tardó en entender eso. Pero, a lo largo de la temporada, ha insistido en jugar con jugadores fuera de su posición: el ejemplo más evidente es de Kokçu, que debería haber jugado más adelantado. Florentino, que para mí jugaría SIEMPRE y que es el punto de equilibrio del equipo, estuvo meses sin jugar, a pesar del temporadón que hizo el año anterior. El equipo parecía desconectado, los jugadores (menos Neves y Tomás Araújo) parecían todos peores y sin confianza. A Schmidt le falta la capacidad de leer el partido, de producir cambios más temprano (los cambios al minuto 89, madre mía) y de adaptarse al equipo contrario. Y no quiero creer que no estudie, como se dice, los otros equipos.
¿Qué hacer con Roger? Un club que quiere cambiar de entrenador todos los años no puede querer ganar todos los años. Pero mi pregunta es: ¿es Roger el entrenador adecuado para llevar al equipo al siguiente nivel y subir un peldaño? Yo creo que no. Ha habido demasiadas cosas malas esta temporada: las derrotas en el Dragón y en San Sebastián demostraron que nuestro entrenador no estaba a la altura. O conseguimos que los jugadores jueguen como le gusta jugar a Schmidt o podremos tener un problema. Roger continuará y el margen de error es cero. Las primeras semanas de la temporada 24/25 serán decisivas.
Sin embargo, y espero equivocarme, creo que tendremos problemas más serios que resolver en los próximos meses que el del entrenador.